¿Qué es el síndrome clínico mental llamado “Trastorno Bipolar”?
Es una patología psiquiátrica, de carácter crónico que puede llegar a ser letal y bastante progresiva. Consiste en una alteración del mecanismo que regula el estado del ánimo, de esta forma cualquier cambio habitual que experimenta cada persona en su entorno vital se acentúan llegando incluso a un punto donde es necesario la hospitalización. De esta manera las personas que padecen de este síndrome presentan períodos de días, semanas o meses durante los cuales es notorio que en ellos exista:
- pérdida de interés en sus actividades diarias
- falta de concentración
- apatía intensa ( por muy pequeña que sea la tarea, esta se transforma en un tedio inmenso)
- alteración en los ciclos de los sueños
- alteración del apetito ( tanto aumento como disminución)
(Lo mencionado anteriormente describen en parte el cuadro de depresión de tipo crónico)
Sin embargo, los pacientes bipolares además sufren de episodios inversos en los que ellos describen que se sienten “capaces de hacer todo” (tanto como en creencia como en su sentir) , por lo tanto es característico que en estos episodios se presenten:
- gastos excesivos de dinero
- hablar en exceso
- embarcarse en numerosos proyectos
- molestarse con facilidad cuando se les lleva la contraria
Esta fase, según su intensidad, recibe el nombre de fase maníaca o hipomaníaca. Existe la posibilidad de que los pacientes que sufren de este trastorno presentan fases mixtas, en donde se entremezclan síntomas de fase depresiva y síntomas de fase eufórica descontrolada o fase maníaca.
¿Qué es la manía?
A pesar de que su nombre es adoptado de manera equivocada, la manía (hipomanía cuando es de intensidad moderada) es un cuadro clínico muy característico. Es bastante común que uno de los primeros síntomas es la disminución de la necesidad de dormir. De esta manera el paciente duerme pocas horas y se levanta por las mañanas a tempranas horas con la cabeza rebosante de ideas y lleno de energía. Durante el día desarrolla una actividad inusual, se embarca en numerosos proyectos (que no logra concretar) implicándose excesivamente en asuntos que, hasta entonces, nunca le habían llamado la atención, gasta mucho dinero en regalos y se demuestra excesivamente alegre, sociable y hablador, aunque (frecuentemente) acaba resultando ser avasallador e indiscreto. Poco a poco estos síntomas, que ni la propia persona afectada como los que lo rodean identifican como tal, se acompañan de impaciencia e irritabilidad creciente y, el paciente, puede llegar a mostrarse agresivo si es contrariado o considera que una situación es injusta.
En los casos de intensidad graves, la elevación extraordinaria del tono vital puede conducir al paciente en una leve sobrevaloración tal de sus propias capacidades que lleva a perder la noción de realidad , creyéndose asediado por múltiples enemigos o dotado de poderes sobrenaturales.
Por fortuna, con un tratamiento adecuado a cada individuo, estos síntomas que hemos señalado, remiten rápidamente y la persona recupera la normalidad, aunque es frecuente que tras un episodio maníaco suceda a continuación una fase depresiva.
La manía comporta graves consecuencias para el afectado:
- deterioro social
- endeudamiento
- pérdida de trabajo
- separaciones de algún tipo
Resulta difícil imaginar que una persona que llegó a tener una conducta tan alterada se recupere hasta el punto de no dar ni rastro de esos síntomas, pero debemos recalcar que estas dificultades son fruto de los prejuicios populares hacia los “síndromes clínicos mentales” , prejuicios que se asocian a la cronicidad, irreversibilidad y peligrosidad. La verdad sea dicha: el llamado trastorno bipolar posee muchos puntos en común con la diabetes o la hipertensión arterial, enfermedades que (por supuesto) no se asocian a la estigmatización.
Recuerda esto: todo paciente “bipolar” es una persona normal que sufre una patología psíquica cuya gravedad, en algunos casos, puede distorsionar intensamente la personalidad. Lo que sí es cierto es que , la experiencia de una fase maníaca o hipomaniaca es de aquellas que no se olvidan y que algunos pacientes “bipolares” incluso lo hechan de menos.
Síntomas de la fase maníaca:
(no es necesario que se den todos)
Pacientes: IDENTIFICAN = INTERPRETAN
- Aceleración del pensamiento
- Aumento del impulso sexual
- Aumento de la sociabilidad
- Conducta desordenada
- Disminución de la necesidad de dormir
- Euforia
- Gastos excesivos e inapropiados
- Hiperactividad
- Ideas delirantes
- Ideas de grandeza
- Irritabilidad
- Locuacidad
- Planes irrealizables
- alucinaciones (en los casos graves)
Generalmente, la intensidad de los síntomas durante la “fase” maníaca y el
comportamiento anormal -del afectado- durante la misma, acaban comportando la hospitalización. Afortunadamente, los tratamientos actuales permiten devolver la salud mental del paciente "bipolar" con bastante rapidez, de forma que la duración de los ingresos hospitalarios es –actualmente- más breve que en el pasado y en cuestión de semanas la mayor parte de los pacientes se encuentran en condiciones de seguir un tratamiento farmacológico ambulatorio.
Escrito por: Constanza Cabrera
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