¡Coma una dieta estimuladora para el cerebro!
Así como hay dietas que sirven como combustible para el buen funcionamiento del cuerpo y el corazón, también están aquellas que funcionan bien para el cerebro. Posiblemente ya hayas oído que una dieta basada en frutas, verduras, legumbres, carnes magras y/o de grasas saludables (como el pescado o aceite de oliva), resulta favorable para nuestro organismo, puesto que entregan una gran cantidad de nutrientes y muchos beneficios para la salud. Sin embargo, esto también puede ayudar a nuestro cerebro y, en especial, a mejorar nuestra memoria.
Ahora bien, hay que recordar que, a pesar de que haya alimentos saludables para nuestra mente, también están aquellos que no lo son tanto. Para comprenderlo mejor, aquí van algunos consejos nutricionales sobre qué nos beneficia y qué nos perjudica a nivel cerebral:
- Obtenga su omega-3. Las investigaciones demuestran que los ácidos grasos omega-3 son particularmente beneficiosos para la salud del cerebro. El pescado es una fuente particularmente rica de ácidos grasos omega-3, especialmente el agua de los denominados “pescado azul” tal como el salmón, atún, la trucha, la caballa, las sardinas y el arenque.
- Si no eres un fan de mariscos, considerar las fuentes que no son peces de omega-3, como nueces, semillas de linaza, aceite de linaza, calabaza de invierno, riñón y frijoles pintos, espinacas, brócoli, semillas de calabaza y semillas de soja.
- Evita o limita las calorías y grasas saturadas. La investigación muestra que las dietas altas en grasas saturadas (de fuentes tales como carne roja, leche entera, mantequilla, queso, crema y helado) aumentan los niveles de colesterol produciendo unas placas grasas que se depositan en las paredes internas de las arterias y ralentizan el flujo de la sangre al cerebro. Si estos cúmulos de grasas se depositan en una arteria pequeña, como ocurre normalmente, puede causar la formación de coágulos de sangre que, finalmente, pueden dañar alguna parte determinada del cerebro lo cual pudiese originar algunos déficit cognitivos. Por otra parte, si lo afectado son las células nerviosas del hipocampo o las específicas del lóbulo frontal, el resultado será la pérdida de la memoria. Podemos concluir así que las grasas saturadas pueden conducir, indirectamente, a la pérdida de memoria, a aumentar el riesgo de demencia y a alterar la concentración.
- Comer más frutas y verduras. Estos productos están repletos de antioxidantes, sustancias que protegen las células cerebrales del daño. Las frutas (de variados colores) y verduras son especialmente buenas fuentes de antioxidantes, además que contienen muy poca o ninguna grasa y su contenido en hidratos de carbono es, principalmente, glucosa y fructosa, azúcares simples que fácilmente se pueden digerir y convertir en energía que el cerebro puede usar.
- Mantener una ingesta adecuada de fluidos. El agua es esencial para la vida, pero puede suceder que, a medida que pase el tiempo, comenzamos a beber menos de esta fuente vital, y es que, a medida que nos hacemos viejos, el cerebro empieza a fluctuar en la regulación del mecanismo de la sed, y podemos llegar a olvidarnos de indicarnos que debemos beber. Por lo cual es importante crear un hábito desde ya de tomar agua, al menos entre tres a cinco vasos de agua diarios.
- Beber té verde. El té verde, amigo por excelencia de nuestro organismo, además de ayudarnos a combatir el sobrepeso y el cáncer, entre otras enfermedades, gracias a sus beneficiosas propiedades antioxidantes, ha demostrado también ser un buen protector contra los radicales que pueden dañar las células del cerebro. Además, estas propiedades han demostrado mejorar nuestras funciones cognitivas del cerebro, concretamente de la memoria de trabajo -encargada de los procesos usados para la memoria a corto plazo y la manipulación de la información-. Por lo cual, entre muchos otros beneficios, el consumo regular de té verde puede mejorar la memoria y el estado de alerta mental y el envejecimiento del cerebro lento.
- Beber vino tinto con moderación o jugos de uva o arándano. Mantener el consumo de vino bajo control es clave. Ya mucho se ha dicho de las diversas bondades que éste tiene para nuestro organismo. Y ahora, nuevamente, todo parece indicar que hemos de agregar otro beneficio, puesto que ayuda a combatir la pérdida de memoria. Gracias al resveratrol, compuesto antioxidante natural que se encuentra en alimentos como las uvas rojas, el vino tinto parece ser la mejor opción para hacer frente al deterioro cognitivo producido por la edad. Para su consumo se recomienda beber alrededor de 1 vaso diario para las mujeres y 2 al día para los hombres. Otras opciones incluyen resveratrol lleno de jugo de uva, jugo de arándano, uva fresca y bayas, y los cacahuetes.
- Chocolate... de buena calidad. El consumo de chocolate de calidad, es decir, aquel que contiene un alto porcentaje de cacao puro, es beneficioso para la memoria, puesto que contiene flavonoles, antioxidante natural que reactiva la actividad neuronal en la región del hipocampo -donde se originan los recuerdos- y eleva el flujo sanguíneo en determinadas áreas del cerebro implicando una mejora de las habilidades cognitivas, de la memoria y un aumento la atención.
- Vitaminas esenciales para un efecto favorable. Estas sustancias naturales, además de ser muy beneficiosas para nosotros, se pueden encontrar de formas sencilla. Basta con ir al supermercado o la feria y hacernos de aquellos productos, como carnes, cereales, frutas, verduras, etc. que contengan esos determinados suplementos vitamínicos y minerales necesarios para funcionar mentalmente mejor. Algunos de las vitaminas que nos proporcionan protección y nos ayudan a deshacernos de los radicales libres, culpables del envejecimiento y de la pérdida de memoria, son las vitaminas A, C y, especialmente, E (alfa-tocoterol). Aunque aún hoy en día se realizan investigaciones en relación a sus propiedades y efectos en nuestro organismos, muchos estudios apuntan a que son muy buenos antioxidantes y los expertos aseguran que tomando una dosis diaria adecuada pueden traernos excelentes beneficios para la mente.
¿Dónde encontrarlas?
- Vitamina A: Pueden encontrarse en productos lácteos, en los huevos en la zanahoria, frutos amarillos y naranjos, brócoli y otras hortalizas de hoja verde.
- Vitamina C: se pueden encontrar en naranjas, pomelos, bayas de todo tipo y uvas, además de otros productos alimenticios cítricos. Es muy raro que exista alguna deficiencia de esta vitamina.
- Vitamina E: está presente en el aceite de soja, frutos secos, semillas, germen de trigo y margarina. Sin embargo, puede ser que aún con estos alimentos naturales sea insuficiente dar con la cantidad necesaria para producir el efecto de mejora óptimo que puedes estar buscando. Por lo cual, algunos expertos recomiendan el uso de cápsulas o tabletas multivitamínicas que contengan en mayor medida esta sustancia.
Escrito por: Natalia Castillo A.
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