3 de agosto de 2016

Memoria

¿Qué es la memoria?


Existen diversas definiciones de la memoria, algunas más complejas que otras, sin embargo, a fin de comprender a nivel general de qué estamos hablando, diremos que la memoria es la capacidad (o función) mental que nos permite guardar y retener las experiencias del pasado, una información o un conjunto de datos. De esta manera se puede hacer uso de la información que se ha ido almacenando en nuestra mente para desenvolvernos diariamente.
Hasta hoy en día, no se tiene claramente definido cómo funciona la memoria y cuáles son con exactitud sus procesos en nuestra mente, lo que sí se tienen son diversas teorías de cómo opera, algunas de las cuáles se presentan a continuación:


Modelo de niveles de procesamiento de Craik y Lockhart (1972)

Estos autores consideraban que el acto de memorizar algo es más bien un proceso activo que pasivo. Identificaban un solo tipo de memoria y sostenían que la capacidad para recordar depende de la profundidad con que procesamos.
La información captada es procesada a lo largo de in continuo de menor a mayor profundidad, que va desde un nivel profundo superficial hasta otro de gran profundidad. Cuanto más profundo es el procesamiento, más tiempo permanece el recuerdo. De esta forma, sostienen que la forma de procesar sería de distintos niveles, pues hay procesamientos superficiales, intermedios y profundos y que éste dependería de la naturaleza del estímulo, es decir, de cómo sea la información que debamos recordar y del tiempo que tengamos para procesarla.
Por ejemplo, hay información a la que le ponemos poca atención y ésta se procesaría superficialmente, como cuando alguien nos habla y no le ponemos atención a lo que está diciendo… posiblemente luego solo recordaremos que esa persona nos decía algo, y se vendrá a nuestra mente la imagen de ella comunicándonos ese mensaje y posiblemente el sonido –como murmullo– de las palabras que pronunciaba, sin embargo, no lograremos recordar sobre qué nos hablaba.
Por otro lado, si le ponemos atención a determinado tema y lo hacemos de forma intencionada, podremos procesar más profundamente esa información y, por lo tanto, retenerla mejor.
Es así como el tipo de procesamiento dependerá de cómo sea la información para nosotros, es decir, si es importante, interesante, útil, aburrida, irrelevante, etc.
Este modelo ha sido criticado ya que no logra definir completamente bien qué era un procesamiento profundo y cómo la información a la que uno no está atento intencionalmente logra retenerse en la memoria.


El modelo de Atkinson y Shiffrin (1968)

Por otro lado, estos psicólogos planteaban que la memoria vendría a dividirse en tres tipos de estructuras independientes: la memoria sensorial (MS), la memoria a corto plazo (MCP) y la memoria a largo plazo (MLP).
Los autores teorizan que el proceso de memoria tiene cuatro funciones básicas: percibir, lo cual puede ser algo deliberado (voluntario), como: ver, oír o involuntario.

MS: La puerta de entrada. Acá es la primera estructura donde llega la información que obtenemos a partir de las percepciones de los sentidos, y ésta se mantiene unos segundos (no más de tres), por si acaso se procesa. Si prestamos una mínima atención a esa información que percibimos, ésta es inmediatamente traspasada a la memoria a corto plazo, pero si no la atendemos, ésta información simplemente se pierde.

MCP: Esta estructura correspondería al almacén que conserva memoria que necesitamos ocupar o recordar en corto periodo de tiempo. Es una estructura un poco frágil, acá cabe poco material, el cual se mantiene entre 20 ó 30 segundos. Como ejemplo podríamos pensar en que estamos teniendo una conversación con alguien que nos da un número de teléfono, pero no tenemos nada a la mano inmediatamente para anotarlo, por lo que, mientras buscamos ese lápiz y hoja, retenemos unos segundos esa información para posteriormente escribirla. Luego de lograrlo, simplemente la olvidamos.
Ahora bien, si esta información la elaboramos, siendo capaces así de repetirla reiteradamente, buscarle significado, asociándola a otros datos que ya tenemos, podremos mantenerla por más tiempo, y conseguiremos así traspasarla al almacén de la memoria a largo plazo.

MLP: Esta es la estructura que finalmente conocemos como memoria. Acá guardamos absolutamente todo lo que sabemos, tiene una capacidad ilimitada, así como también lo es su duración.


Este modelo también ha sido bastante criticado ya que se le acusaba de ser demasiado simple y de no haber logrado esclarecer como hay cierta información –como esa cancioncita que todo el mundo canta y que, a pesar de no haber hecho esfuerzo por aprendérnosla, no podemos quitárnosla de la cabeza o ese libro que nos hemos estudiado muchas veces para dar un examen- que no obedece la regla de la atención y repetición y que de igual, mejor o peor manera intentamos memorizar con la intención de ocuparla después.


Escrito por: Natalia Castillo A.

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