6 de diciembre de 2016

Riesgo genético y curso natural de la esquizofrenia

Recordando los artículos anteriores, una persona joven que sufre esquizofrenia:
· Tendrá dificultades para realizar un buen trabajo en la escuela
· Tendrá dificultades para mantener amigos.
· Será más vulnerables a desarrollar una depresión 
·  Hay altos índices de intento de suicidio.
· Normalmente, no son un peligro para los demás. Al contrario que la creencia popular, la mayoría de la gente con esquizofrenia no pone en riesgo la vida de los demás. 
·  Hay poca comprensión e información de esta enfermedad lo que puede llevar a estas personas y sus familias a sufrir el doloroso efecto del estigma social.
·  Es muy probable que  sufra una severa pérdida de confianza en sí mismo, como además sentir que ha perdido el control de su vida. 
· Seguramente, se formará una visión innecesariamente pesimista del futuro.

Riesgo genético para la esquizofrenia.
Se distribuye como muestra el gráfico a continuación:


Lo anterior se puede traducir de la siguiente forma, el porcentaje de tener esquizofrenia cuando un pariente de primer grado también lo tiene es del 50%, si lo posee algún familiar de segundo grado, la posibilidad es del 25% y si lo tiene alguien en tercer grado de parentesco, la probabilidad es del 12,5%.

Historia natural por años

El inicio de la esquizofrenia se puede producir durante la adolescencia –e incluso en la infancia- o al entrar en la edad adulta. Dicho inicio puede producirse de forma aguda (rápida) o bien de forma insidiosa y por lo tanto, lenta. La mayoría de quien sufren esquizofrenia  alternan en su curso clínico episodios psicóticos agudos (donde se produce un deterioro de la capacidad de pensar, de responder emocionalmente, de recordar, de comunicar y de interpretar la realidad) con fases estables de remisión total o parcial. Son frecuentes los síntomas residuales entre los episodios (síntomas que persisten a pesar de una buena respuesta al tratamiento). Este trastorno, que a menudo es de tipo crónico, puede caracterizarse mediante tres fases que se fusionan unas con otras sin que existan unos límites claros y absolutos entre ellas. Las que se presentan a continuación:

Resumiendo, las fases son:
·    Fase prodrómica: Designada también como fase inicial, es donde se presentan los síntomas iniciales que preceden al desarrollo de una enfermedad. Esto ocurre antes de que un paciente que se encuentra en la fase estable presente una recaída, en este período pueden manifestarse síntomas disfóricos no psicóticos (estado de ánimo desagradable: triste, ansioso e irritable), formas atenuadas de síntomas positivos (alucinaciones, delirios, agitación y/o pensamiento desorganizado) o conductas idiosincrásicas (extrañas considerando el contexto social y cultural). Este período generalmente dura varios días a unas semanas, pero en ocasiones puede persistir durante varios meses.
·      Fase aguda (o crisis): Durante esta fase, los pacientes presentan síntomas psicóticos graves, como delirios y/o alucinaciones, y un pensamiento gravemente desorganizado; y, generalmente, no son capaces de cuidar de sí mismos de forma apropiada. Con frecuencia, los síntomas negativos pasan a ser también más intensos.
·     Fase de estabilización (o post-crisis): Durante esta fase, se reduce la intensidad de los síntomas psicóticos agudos. La duración de la fase puede ser de seis meses o más tras el inicio de un episodio agudo (o crisis).
·  Fase estable (o de mantenimiento): La sintomatología puede haber desaparecido o es relativamente estable y, en el caso de que persista, casi siempre es menos grave que en la fase aguda. Unos pacientes pueden mantenerse asintomáticos; otros pueden presentar síntomas no psicóticos, como tensión, ansiedad, depresión o insomnio. Cuando persisten los síntomas negativos (déficits) y/o positivos, como delirios, alucinaciones o trastornos del pensamiento, a menudo están presentes en formas atenuadas no psicóticas (por ejemplo, ilusiones en vez de alucinaciones o ideas sobrevaloradas en vez de delirios).

La mayor parte de los estudios longitudinales de la esquizofrenia sugieren que su curso es variable; en algunos pacientes no se presentan nuevos episodios, en la mayoría se producen exacerbaciones y remisiones, y en una pequeña parte persiste un estado psicótico grave de forma crónica.

Al considerar la historia natural y el curso de la esquizofrenia, no se puede ignorar toda la investigación producida en las últimas décadas y que permite establecer una secuencia que va desde los momentos prodrómicos hasta el establecimiento del trastorno esquizofrénico y su evolución ulterior. En esta línea se consideran dos grandes momentos: el primero, que incluye las fases precoces de la psicosis y, el segundo, las diferentes fases del trastorno esquizofrénico. Esta clasificación permite subdividir dichos momentos en las fases que se exponen a continuación:

a. Fases precoces de las psicosis, que incluyen la fase de estado mental de alto riesgo o prodrómica, la fase de primer episodio psicótico y la fase de recuperación y período crítico.

b. Fases del trastorno de la esquizofrenia, que incluyen una fase aguda, una fase de estabilización y una última fase de carácter estable.

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