Es mucho lo que se ha mencionado sobre el Trastorno
por déficit atencional. Mucha de esta información, real o ficticia, circundante
en los medios de comunicación como revistas, libros e –un medio aún más
accequible para la mayoría de las personas- internet, dejan a gran parte de la
población interesada en el tema, con muchas dudas y cuestionamientos acerca de
la veracidad de ésta. Y es que también son variadas las noticias, artículos y –sin
ir más lejos- autores, que hacen debate respecto a la existencia de este
trastorno. No obstante, sin intención de
polemizar más el tema, es importante aclarar que aún sin que la
comunidad científica llegue a un acuerdo, hay ciertas creencias respecto al
TDAH que deben desmentirse para evitar más diagnósticos mal hechos.
Es así como Thomas E. Brown, subdirector de la Clínica
para la Atención y Trastornos Afines y profesor en psiquiatra de la Universidad
de Yale, presenta 35 diferentes mitos o suposiciones erradas que acerca del
trastorno por déficit de atención que a la vez justifica con varias investigaciones
relacionadas. Sin embargo, en esta oportunidad mencionaremos algunas de las
diez que fueron presentadas como fragmentos, hechas por la revista Attention.
1. “Una persona que sufre de
TDAH siempre tendrá dificultades en las funciones ejecutivas, tales como
concentrarse en una tarea o recordar algo, independientemente de lo que estén
haciendo”.
Los estudios señalan que la
variabilidad intraindividual en el desempeño de un contexto o de un momento a
otro es la esencia del TDAH. Las deficiencias en las funciones ejecutivas
características del TDAH varían de acuerdo a la situación. Puede que
algunas personas no tengan dificultades para ejecutar esas funciones ejecutivas
en actividades o situaciones específicas, mientras que en otras circunstancias
pueden presentar muchas deficiencias en las funciones ejecutivas. Esto anterior
puede deberse al interés o preocupación que puedan producirse dichas
actividades. Por ejemplo, si son actividades que les interesen mucho o si
sienten que pasará algo desagradable si no se ocupan de esa tarea de inmediato
sería un factor que generaría diferencias en cuanto a la ejecución de éstas.
2. “Si alguien con TDHA
realmente desea concentrarse y desempeñar una tarea de manera eficiente, puede
obligarse a hacerlo. El uso de las funciones ejecutivas es simplemente una cuestión
de ‘fuerza de voluntad’ ”.
Sería sencillo suponer que
las personas con TDAH pueden desempeñar las mismas funciones en cualquier
situación que ellas u otras personas consideren importantes simplemente
haciendo uso de una supuesta fuerza interna llamada “fuerza de voluntad”. Sin
embargo, las investigaciones objetan éste punto afirmando la mayoría de las
funciones ejecutivas se ejecutan de manera inconsciente; no en el sentido
psicoanalítico de represión, sino en el sentido más moderno de “automaticidad”.
Investigaciones sobre las
motivaciones que determinan las decisiones del tipo “¿lo harás?, y de ser así,
¿cómo y cuándo?” han demostrado que, principalmente, este tipo de decisiones
son producto de interacciones dinámicas y complejas de emociones generadas por
la memoria con patrones de reactividad innatos que operan de manera instantánea
y por medio de un impulso consciente relativamente insignificante, a pesar de
que tendemos a creer lo contrario.
3. “Por lo general, las
personas con coeficiente intelectual (CI) alto no suelen tener deficiencias de
TDAH porque son lo suficientemente inteligentes para superar esas dificultades”.
El tipo de inteligencia que
se mide en las pruebas de CI prácticamente no tiene relación sistemática con el
síndrome de deficiencias en las funciones ejecutivas que se describen en el
nuevo modelo de TDAH. Estudios han demostrado que incluso niños y adultos con
alto CI pueden sufrir deficiencias de TDAH que impiden significativamente
su habilidad para desarrollar sus excelentes habilidades cognitivas de manera
uniforme y efectiva en muchas situaciones de la vida diaria. Las observaciones
clínicas señalan que con frecuencia, se presentan retrasos prolongados antes de
diagnosticar y aplicar el tratamiento adecuado a las personas con alto CI que
sufren de TDAH. Esto se debe principalmente a la falta de información por parte
de los profesores, padres, médicos e incluso los mismos pacientes, quienes
suponen que un alto CI descarta el TDAH.
4. “Por lo general, las
deficiencias en la función ejecutiva del TDAH se superan cuando la persona se
acerca al final de su adolescencia o al comienzo de la segunda década de vida”.
Como se mencionó en el
artículo anterior (Clasificaciones del Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad) algunos niños con TDAH superan gradualmente las
deficiencias relacionadas con el TDAH a mediados de la niñez o durante la
adolescencia. En esos casos, el TDAH es un tipo de retraso en el desarrollo.
Los síntomas de hiperactividad o impulsividad más frecuentes mejoran a medida
que la persona se aproxima a la adolescencia, mientras que el amplio espectro
de síntomas de falta de atención permanece y en ocasiones empeora.
Frecuentemente, los períodos más problemáticos son la enseñanza media y los
primeros años de universidad; es decir, las etapas en las que la persona debe
desempeñar un mayor rango de actividades desafiantes, sin posibilidad de eludir
las que no les interesen o aquellas para las que no tengan habilidades
suficientes. Después de ese período, algunas personas con TDAH tienen la suerte
de conseguir empleo y vivir en condiciones en las que pueden desarrollar sus
fortalezas y trabajar para superar sus debilidades cognitivas; otros no tienen
tanta suerte.
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